Su verdadero nombre era Josep Andreu i Lasserre. El inolvidable payaso había nacido en la localidad barcelonesa de Cubelles el 24 de abril de 1896 en el seno de una familia de artistas de circo, esa fue la profesión de sus padres, el catalán Andreu Pausas y la francesa Marie-Louise Lasserre.
Nació en Cubelles por accidente cuando su madre se puso de parto mientras, junto a su padre, se desplazaba a pie de pueblo en pueblo empujando el carro en el que transportaban el material para sus actuaciones y sus escasas pertenencias. Su debut tuvo lugar en Francia el año 1899, en el circo Cognac, cuando sólo contaba tres años de edad y protagonizó un número en el que levantaba unas pesas falsas de cartón.
Un temporal destrozó el circo en el que trabajan los cinco miembros de la familia, Josep, sus padres y sus dos hermanos, Maria-Lluisa y Polo, y los Andreu se trasladan al Circo Caron de Grenoble, donde el joven artista aprende música y comienza a tocar la guitarra, el violín y la mandolina, habilidades que ya pondrá en práctica en su siguiente destino artístico, el Circo Australiano en el que trabajó durante dos años antes de pasar a formar parte de la troupe del estable Circo Lambert, cerca de París, en el que permanecería hasta que éste se cerró poco antes de comenzar la primera Guerra Mundial.
De Josep a Charlie.
La contienda bélica empuja a la familia hacia la España neutral y los Andreu firman un contrato con el Circo Tívoli de Barcelona del que pasarían al Cortez y después al Circo Valencia. Es precisamente allí cuando Josep tiene ocasión de ver en el cine una película de Charles Chaplin y queda tan impresionado por el trabajo del genial cómico británico que decide rendirle homenaje imitando su actuación en el circo y adoptando el nombre artístico de Charlie.
La familia Andreu prosperará y con el tiempo llegará a tener su propio circo, el Reina Victoria, en el que Charlie formará pareja con su hermano Polo y actuarán como los Rivel, nombre que se transformará en el de Charlie Rivel al sumarse al grupo, en 1925, un nuevo hermano Andreu, el pequeño René. Con éste nombre comienzan a conocer un éxito cada vez mayor que les llevará a actuar por todo el mundo, desde Francia, Alemania y el Reino Unido hasta México y Argentina.
Rapidamente Charlie se convierte en la estrella del espectáculo y poco a poco comienzan a aflorar las envidias y rencillas entre sus hermanos, unos problemas que llevarán a la disolución del trío en 1933 y a la trayectoria independiente de un Charlie Rivel que, junto a su esposa Carme Bustos, que se encargaba de los efectos sonoros del espectáculo, le llevó a triunfar rotundamente en todos los escenarios en los que actuaba
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Retirada y reaparición
La segunda Guerra Mundial le sorprendió trabajando en Alemania, país que no pudo abandonar hasta poco antes de terminar el conflicto bélico, a finales de 1944, debido a que las autoridades nazis le negaron la salida obligándole a actuar en los escenarios del Tercer Reich.
Tras la guerra el artista decidió abandonar los escenarios, hasta que su amigo, el también payaso Grock, le convenció para reaparecer el año 1952 en Munich. Fue ésta la época en la que el mundo entero reconoció unánimemente su talento. En 1954 su arte le llevó a convertirse en una de las principales estrellas del histórico Circo Price madrileño. De su impresionante popularidad da idea el hecho de que en 1971 el gran Federico Fellini le rindiese homenaje al incluirlo en su película I Clowns.
Charlie Rivel, moría, hace ahora veinticinco años, en Sant Pere de Ribes, el 26 de julio de 1983, y desde entonces en el corazón de los millones de personas que tuvieron la suerte de verle actuar hay un rinconcito reservado para la sonrisa, la nostalgia y también, la tristeza por su ausencia.
Artículo de: DiarioNavarra.com
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